Brighton Past

domingo, 3 de enero de 2010

Hacia donde me lleve el viento


No podía más, el cuerpo me pedía un descanso pero no podía dejar de correr, no me podía arriesgar, mi familia está esperándome, doble en la esquina y salte por sobre un alambrado de una obra en construcción sobre una avenida, realmente no sé muy bien donde estoy, corrí tanto que lo único que me interesa es descansar y rezar por que todo se solucione mágicamente, aunque en el fondo sepa muy bien que eso no pasara.
Todavía no puedo creer la estupidez de el gordo Gaston, por culpa de ese hijo de puta casi muero, por suerte estoy bastante acostumbrado a correr, casi diría que es mi trabajo, no entiendo, no entiendo, ¿Qué necesidad había de disparar?, lo peor es que seguramente está más que muerto Gaston, no voy a trabajar más con drogadictos, siempre termina saliendo algo mal
¿Cómo estarán mis nenas?, ¿las volveré a ver?, yo no quiero morir y que después le digan que su padre murió robando un supermercado chino, yo no quiero vivir robando, pero no puedo dejar que mis dos nenas, mis dos tesoros, les falte nada, yo no quiero vivir en la villa de mierda en la que vivo, yo quisiera que mi mujer este ahora con ellas, quisiera que este viva, yo quisiera tantas cosas en este momento, también quisiera morir, pero la cara de mis nenas cuando llego a casa es lo que me da fuerzas para seguir adelante segundo a segundo, luchando por ellas, por lo que le prometí a su madre.
Me hubiera gustado que todo hubiera sido de otra manera, me hubiera seguir trabajando en la metalúrgica, me hubiera gustado que siga siendo del estado, por lo menos tendría un sueldo digno sobre la mesa, me gustaría que alguien me dé una mano, ofreciéndome un trabajo, me gustaría poder tirar esta arma a la basura definitivamente, odio la puta realidad que me tocó vivir, odiaría que ellas crecieran en la misma realidad, se suponía que todo saldría bien el día de hoy, íbamos a entrar, vaciar las registradoras y !pum¡ nos borrabamos de ahi, después Carlos nos pasaba a buscar y listo, trabajo liquidado, pero este gordo es un terrible salame, yo no quería que las cosas terminaran así, yo nunca quise matar a nadie, pero el hijo de puta como siempre tiene que estar pasado de merca por que no tiene las suficientes bolas como para salir a afanar lucido, la puta madre si este laburo me cuesta la libertad no sé lo que haría, no me importa estar preso, me duele estar lejos de mis nenas, ¿quién las cuidaría?, mi madre ya hiso demasiado por mí, no querría que tenga que criar a mis hijas por mi culpa.
Yo seguía llorando entre unas bolsas de cemento sentado, completamente muerto de miedo, saque la foto de mis hijas de la billetera, son dos hermosas nenas en la foto están las dos juntas, Agustina está a la izquierda y Daiana está al fondo mordiendo la cabeza de la muñeca que le regale en navidad, son tan hermosas no sé dónde estaría si no fuera por ellas, Daiana es la mayor tiene seis años, hoy tuve que hacer este laburo por que hace unos meses empezó jardín de infantes en una escuela privada que está a veinte cuadras de casa, Agustina tiene tres años y sufre de síndrome de down, así que el cuidado no es el mismo que con cualquier otra nena de su edad, ella necesita una atención especial, lamentablemente con mi sueldo de albañil no podía darme el lujo de mandar a Daiana al jardín privado y pagar los medicamentos de Agustina, fue por eso que tuve que conseguir este segundo laburo, es lo más deplorable y menos digno que existe pero todo sea por ellas, además el “laburo” de hoy debería haber sido cuestión de minutos, todo estaba saliendo demasiado bien. 
A la tarde ya estábamos los tres juntos charlando sobre qué calle sería la más rápida para salir de ahí, tomando cervezas se nos pasó el tiempo, fuimos una hora antes de que cierre el local a conocer el lugar, desde los alrededores. 
Carlos se iba a quedar esperando con el coche en marcha a cinco cuadras sobre las vías, cuando estén bajando la persiana del supermercado yo entraba tomaba al chinoque atendía la caja por el cuello y lo apuntaba en la cabeza mientras Gaston vaciaba las registradoras, salíamos corriendo de ahí con lo que fuimos a buscar, nos subíamos al auto y volvíamos victoriosos a casa repartíamos a cada uno lo suyo y listo, trabajo liquidado. 
Lástima que fue muy diferente, en cuanto yo entro al supermercado y agarro al chino de la caja registradora por el cuello y lo apunto con mi tres ocho, Gaston completamente sacado a causa de toda la merca que había consumido durante el viaje, no sabía cómo reaccionar, lo único que atino a hacer fue, como pudo, de manera brusca y torpe sacar el dinero de las cajas registradoras, dejando caer varios billetes al piso, a todo esto yo estaba a los gritos, la verdad no podía creer la poca responsabilidad que podía tener una persona con respecto a un tema tan serio, uno se juega la vida en estas situaciones, la gente se lleva tal susto que si es capaz de matarte lo haría, y en este laburo las situaciones se pueden dar vuelta en cualquier segundo, nunca podes ser tan idiota de ir a “trabajar” en un estado en el que no podes reaccionar o solucionar un problema simple es arriesgadísimo, además si laburas en conjunto como lo estábamos haciendo justamente, también pones en riesgo la vida de tu compañero. 
Finalmente termino con la tercer caja registradora , la última, la familia china estaba en el suelo yo tenía por el cuello al que calculo seria el padre, la madre estaba abrasando a las hijas que también trabajaban allí, el hijo mayor estaba en frente mío completamente serio atrás de un mostrador, no dejaba de mirarme a los ojos, Gaston como pudo se dispuso a irse del lugar él tenía que salir primero por que yo tenía al chino por el cuello, antes de pasar por la puerta pequeña de la persiana apunta a la madre que estaba llorando mientras abrazaba a la hija para que se calle, ya los gritos eran muy peligrosos para nosotros, Gaston la apunta yo le grito que se valla, que no pierda el tiempo, el hijo mayor de abajo del mostrador saca una escopeta recortada y dispara apuntando hacia el pecho del gordo Gaston, la bala impacta en el hombro de Gaston, yo suelto al padre yo arrojo contra el hijo mayor y le disparo en la pierna al hijo, como puedo salgo por la pequeña puerta de la persiana, Carlos ya no estaba allí, si tardábamos más de quince minutos tenía que irse de allí, después lo llamaríamos, corrí y seguí corriendo por el medio de una avenida que en este momento no recuerdo el nombre, no había nadie en la calle solamente se me podía ver correr por la mitad de la avenida, el cielo estaba gris, ya casi era de noche. 
A veces las cosas no sale como uno las espera, a veces eso es lo bueno que tiene la vida, pero a veces como en este caso un solo error de cálculo, o una sola palabra de mas puede costarte la vida, tengo que dar gracias de estar vivo esta noche escribiendo en este papel desde un sucio pabellón, todavía me quedan siete largos años por el robo a mano armada a un supermercado, a Gaston lo trasladaron a otra seccional, después de que se recuperó del tiro en el hombro derecho, no tengo idea de cuantos años le habrán dado, le deje dicho a Carlos que se haga cargo de mis nenas que no haga que nunca les falte nada por lo menos materialmente, yo confió en él, y eso está bien, hoy es fin de año y me vienen a visitar con pan dulce y una sidra para festejar.

@Nec