miércoles, 29 de septiembre de 2010

Pistolazo

martes, 28 de septiembre de 2010

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Hoy llovió toda la tarde, es una cagada salir del trabajo con la lluvia todavía en las calles, salgo de trabajar con mi bolso al hombro y caminando con la cabeza gacha, siempre estoy solo ya que no tenemos trato con mis compañeros, al trabajar en una metalúrgica cada uno hace su trabajo individual en su máquina, creo que algunos de ellos todavía no saben cómo me llamo, hay un tipo llamado Nathan que siempre me acompaña a la salida hasta la parada del colectivo, es un tipo muy charlatán, creo que le caigo bien, todavía no sé por qué, no me gusta hablar con personas que no conozco, solamente lo escucho, es el único ser con el que tengo contacto , no me cae bien, pero tampoco mal, creo que dios me creo para estar en soledad, toda mi vida o la mayor parte de ella la pase en soledad, hace seis años que vivo solo, tengo 25, en casa era exactamente lo mismo siempre éramos como extraños que Vivian en la misma casa, tengo que salir a saludar a la gente en mi cumpleaños si no, no se acuerdan, pero después de todo eso, realmente me siento bien, ya que al vivir en la soledad me siento más seguro, más refugiado ante cualquier posible ataque, no tengo nada que perder ni nada que arriesgar, podría desaparecer ahora mismo que nadie lo notaria, el día tiene un color sepia desde mi ventana en mi departamento veo la calle, son las cinco de la tarde la lluvia se calmó y lo que queda del sol se está dejando ver, una mescla de color naranja y amarillo, mi ventana da directamente a el paso nivel, los trenes pasan sin parar todo el día hasta la medianoche, gracias a ello el alquiler es realmente bajo, tengo insomnio desde pequeño por más cansado que este no puedo dormir, a veces puedo pasar hasta tres días despierto para finalmente poder dormir, o a veces duermo dos horas cada dos días y luego duermo un día entero las 24 horas seguidas, este ritmo de vida es extremadamente estresante, los días son muy largos, así que aprovecho para hacer horas extras en el trabajo, llego a hacer hasta ocho horas extras y cuando llego a casa me pongo a escribir cosas como esta hasta que sea nuevamente la hora de trabajar, tengo dinero de mas pero no sé en qué gastarlo, me compre una notebook es más cómoda para escribir, es para lo único que la uso, no se darle uso para otra cosa.

Ah también me compre una cámara Minolta XG-M, confió mas en un rollo que en las cámaras digitales, siempre fui un aficionado de la fotografía, sería una buena y digna forma de ganarse la vida, pero lamentablemente no tengo el talento necesario para ello, tome fotos a las vías del tren, recorrí un poco las vías, metiéndome cada vez más dentro, las paredes están adornadas con Grafitis de todo tipo, siempre me encuentro con el mismo paisaje, la mayoría de los adictos duermen en los costados de la vía, siempre me miran cuando paso sacando fotos, siempre me piden dinero, una vez les di 5 pesos para que me dejaran de molestar, pero ahora cada vez que paso me vuelven a pedir, creo que fue mala idea, cuando vuelvo a casa, siempre me siento en la cama con mi taza de cereales y pienso, “que mundo de mierda”, cuando me quedo sin cigarrillos tengo que caminar unas cuadras hasta la avenida Rivadavia, es uno de los pocos quiscos de 24 horas, ¿qué es lo que me cruzo a la 1 de la mañana?, borrachos, putas, adictos, ladrones y hasta algunas nenas, nenas de quince años totalmente drogadas, prostituyéndose, me da mucho, mucho, asco la sociedad actual y me da más asco que no le importe a nadie, cuando regreso veo más de lo mismo, con los cigarrillos en mi bolsillo camino por el mismo camino que me llevo hasta ahí, totalmente indignado y muy preocupado por mi integridad, ya que cualquiera es presa fácil a estas horas, dentro de seis horas voy a trabajar nuevamente, llego a mi departamento y me sirvo un vaso de Coca-Cola, y no puedo creer que la palabra Coca-Cola este en el diccionario de Word, las sirenas suenan afuera, la noche está fresca y muy despierta, se pueden escuchar gritos y voces por todas partes, miro por mi ventana como siempre y veo gente caminar, algunos volviendo asustados a sus casas por tener que pasar por ese maldito paso nivel, las prostitutas meando al costado de la vía, mientras la otra aspira cocaína y se retoca el maquillaje, la policía que pasa y las saluda hasta como con simpatía, como si fueran los clientes más queridos, y a esta altura que no tengo ninguna duda, la policía en este valle de nadie , es siempre el villano, el enemigo público número uno, aquí y en todas partes, como se habrán dado cuenta paso gran parte de mis días y noches viendo por la ventana, es que no tengo TV ya que no me gusta, solamente tengo un montón de libros que están desparramados por toda la habitación y cuando me canso de leer siempre me siento a ver qué pasa en el mundo exterior, como siempre en soledad desde mi bunker, observo todo lo que la gente hace y lo que más duele todo lo que la gente no hace, vivo en un país de ventajistas y atorrantes, no sé de dónde sale el famoso y odiado orgullo argentino, en lo personal yo no veo razón para estar orgullosos.

Ya son casi las siete de la mañana voy a empezar a vestirme y bañarme para ir a trabajar.

Hoy fue un día igual de productivo que ayer, hice solamente tres horas extras por que me estaba aburriendo, hoy llegue a casa a las ocho de la noche un poco más tarde, mientras venia me compre el libro El cartero de Charles Bukowski, me lo recomendaron en la librería cuando les pregunte si sabían de algún libro que trate sobre la mediocridad y la cotidianeidad, después de comer voy a leerlo un poco.

Hoy me topé con un tipo extraño en el tren, me tube que tomar el tren ya que fui hasta el centro hasta la librería, me topé con ese tipo extraño en el tren que me comenzó a hablar, me dijo que me conocía, que pasaba todos los días por el paso nivel y me veía esperando el colectivo, el tipo parecía una especie de misterioso empresario, estaba de traje y llevaba un maletín, muy bien vestido, me pregunto ¿qué haría viajando en el tren línea Sarmiento?, como saben, no me gusta hablar con extraños por eso no se lo pregunte, me dijo que si alguna vez necesitaba conseguir algo, cualquier cosa que le avisara, me dio su tarjeta personal, tenía solamente su número de celular, la tarjeta era blanca y en negro llevaba escrito – “Marcos inc.” y su número de celular escrito debajo de esas letras, por suerte creo que a estos tipos es mejor tenerlos de aliados, baje en once y fui a la librería que visito siempre, queda sobre la calle corrientes, es muy vieja y venden libros de segunda mano, pero conozco a los dueños, son una pareja de ancianos que vivieron de eso toda su vida, y sería muy hipócrita de mi parte comprar libros en casas como “El ateneo” pudiendo ayudar a personas como Miguel y Marta, esos son sus nombres, dos personas encantadoras, siempre me invitan con algún mate cuando me ven llegar, pero sinceramente quedarme a compartir algo así me produce una especie de incomodidad, la mayoría de las veces no sé cómo actuar, no sé de qué hablar, así que siempre las evito aludiendo que tengo algún compromiso, cosa que nunca es verdad, nunca tengo nada que hacer, cuando me trajeron el libro de Bukowski lo compre inmediatamente, confió mucho en su palabra de críticos, además me gusto el dibujo de la tapa parecía una de esas pinturas… bueno realmente es una pintura, no se mucho de arte, pero parecía una especie de cuadro muy antiguo, la tapa era una pintura de un buzón abierto y una mujer cruzada de brazos tras de él, le pregunte a Miguel si no tenía otro libro de este tipo, me contesto que si, así que le dije que lo leería y si me gustaba volvería por más.

Luego pase por el supermercado, compre unas papas y un poco de carne picada, y luego me propuse a cocinarlas, bolas de carne con puré fue lo que cene hoy, lave todo, me bañe y cuando Salí del baño secándome el pelo con la toalla mire hacia la silla de mi habitación y vi el libro que sobresalía de la bolsa, deje la toalla encima de mi cama tome el libro y me senté en la silla al lado de la ventana a leerlo.

En una hora y media casi cien páginas, este tipo es jodidamente brillante, me dieron ganas de beber, tengo un poco de ginebra en una petaca así que con eso bastara, cuando tienes insomnio beber alcohol es lo peor, ya que no te puedes dormir tienes que soportar como tu borrachera se convierte en resaca, para la mayoría de la gente la borrachera tiene un final que es cuando se van a dormir, para mí no, es una lenta agonía, tu boca se seca poco a poco, tiene que lidiar con eso por horas, así que nunca estoy borracho, pero esta noche tomare unos tragos, voy a buscar los cigarrillos en mi mochila y encuentro un paquete semi-vacío solamente quedaban dos eran las doce de la noche, los trenes no pasaban más y era hora de salir al quiosco de Rivadavia como casi todas las noches, voy a empezar a comprar cigarrillos por tiras, pero tengo miedo de aumentar la cantidad que fumo, es una paradoja, pienso en eso mientras me ato los cordones.

Salgo a la calle con mi campera verde militar, hace unos días está muy fresco hacen casi diez grados y eso que hace poco que entramos en primavera, con los brazos cruzados voy por la calle, las prostitutas están con unas faldas cortísimas, no tengo la menor idea de cómo soportan este frio, caminando rápido por Rivadavia me choco hombros con un pibe de 15 años aproximadamente totalmente alcoholizado, me grita algo que no llegue a escuchar, sigo mi camino, veo una chica que no había visto antes en el quiosco que voy siempre, era muy bonita, tendría unos veinte años, de pelo castaño obscuro, de baja estatura, me deslumbro, ¿qué hacia esa flor creciendo en este pantano envenenado?, ella no me miraba a los ojos, parecía triste, le pedí un paquete de Philip Morris box, lo busca y me lo da en la mano le pago, me da el vuelto me dice gracias y sigue mirando la televisión, todo eso sin mirarme, quede muy impresionado, ¿qué le habrá pasado a Pablo el tipo que atiende siempre?, en fin regrese a mi departamento y volví al libro, sorprendente, realmente sorprendente, me sentía literalmente un cartero explotado por la vida, lo termine en cuatro horas y después de tres vasos de ginebra y diez cigarrillos, fui al baño a vomitar para que no me haga tanto efecto en alcohol, en fin, solo faltaban tres horas para volver a trabajar, tome mi guitarra acústica y comencé a tocar, muy bajito, ya que la vecina tiene muy pocas pulgas y no tengo muy buena relación, de a poco el sol comienza a asomar y es hora de tomarme un café darme un baño y salir a trabajar.

Hoy llovió cuando me iba a tomar el colectivo, está bien, me gusta la lluvia al contrario de la mayoría, me gusta ver la cuidad gris y apagada, pareciera que los autos contaminan menos, la gente grita menos, no hay tanta contaminación sonora, hasta pareciera que el tren hace menos ruido al pasar por mi casa, creo que eso es por que nos distraemos un poco con el ruido de las gotas chocando y muriendo contra el cemento, todo el da estuve pensando en la chica del quiosco de las 24 horas, hoy iré de nuevo, comí un poco de arroz blanco para la cena y me bañe, antes de venir a casa pase otra vez por la librería de la calle corrientes para llevarme otro libro de Bukowski, esta vez me traje a casa su libro – mujeres- , lo leeré esta noche, salgo de la ducha, me pongo mi campera verde y salgo a la calle, las calles están mojadas, las luces naranjas se reflejan en la calle, los autos pasan cada tanto, son la una de la mañana y todos los animales están en las calles como todas las noches, paso lo más rápido posible, cuando estoy llegando a mi destino, veo que dos borrachos están en el quisco molestando a la chica, la insultan y se llevan lo que tienen a mano y siguen caminando, apuro el paso los sigo, cuando los alcanzo, les pido amablemente que devuelvan las cosas, me insultan y siguen su camino, los vuelvo a seguir, y con la mano derecha tomo a uno del hombro y lo giro hacia mi lado, acto seguido, vuela un puñetazo que me pega en el pómulo izquierdo, cuando trato de levantar la mirada, otro golpe me tira al suelo, me cubro la cara con los brazos y levanto las rodillas para tapar mi estómago, me golpean todo el cuerpo, luego siento un profundo dolor en la parte superior de mi pelvis, al venir la policía se van corriendo, me toco el estómago y cuando me veo la mano, estaba cubierta de sangre, me habían apuñalado, no sé con qué pero me ardía muchísimo, la chica del quisco viene corriendo a socorrerme y pide ayuda a los gritos, la policía se acerca con toda la calma del mundo, me abren la puerta para trasladarme a un hospital, la chica me ayuda a levantarme y me sube al patrullero, me da las gracias con cara de preocupación y me deja en el asiento trasero del Ford Focus.

Viajando al hospital, los dos policías me peguntaban cosas que simplemente no podía contestar, estaba perdiendo mucha sangre y comenzaba a ver puntos blancos por todos lados, me desmaye en la ambulancia, me desperté en la cama del hospital Italiano, cerca del Parque del Centenario, la enfermera me despertó me pregunto cómo me sentía, le conteste que genial, así que en ese mismo momento me retire del lugar, tenía cuatro puntos en el estómago, llegue a casa y llame al trabajo explicando todo lo ocurrido, me habían dado cuatro días de reposo, en el trabajo me entendieron y me desearon una pronta recuperación, era entendible, nadie pasaba más tiempo trabajando que yo, ni siquiera el presidente de la empresa, colgué el teléfono y comencé a mirar por la ventana, solo veía drogadictos y vías de trenes, era pleno medio día y esos malvivientes estaban mesclados entre niños que iban a escuelas católicas y gente decente, mendigando, drogándose a tres metros de una madre con hijos, YO tenía que poner fin a eso, al fin le había encontrado el sentido a mi vida, YO limpiare esta maldita y negra cuidad, me acorde de la tarjeta que ese tipo raro me dio en el tren, lo llame desde la calle, le pregunte que estaba teniendo algunos problemas y que necesitaba protección, me contesto que tenía mucha variedades de productos que me podían llegar a interesar, me dijo que nos reunamos en una hora en Plaza Francia, que estaba cerca de allí, en el monumento, acepte, me cambie y Salí para allí.

Al llegar al monumento, lo espere, y a los cinco minutos apareció, eran aproximadamente las cuatro de la tarde, vino como siempre muy educado, con su traje y su maletín, lo apoyo en la base del monumento y lo abrió, tenía en su interior, siete revólveres, tres automáticos, dos magnum y dos pequeños, después de pensar un poco me lleva dos automáticas, hermosas, le pague en dólares y me fui, realmente tenía la intención de gastar un poco más, pero creí que con dos era suficiente, me ofreció una hermosa pistolera para llevarlas al costado del pecho, la tome, también me ofreció un permiso para portación de armas de fuego completamente legal, también lo tome, luego me comenzó a ofrecerme drogas, autos robados, mujeres, sicarios, dije que no, le di la mano y me fui. Cuando volvía pase por una casa de electrodomésticos y vi una cámara de video Sony que me gustó mucho, así que entre y la compre, todo con el dinero que había juntado haciendo horas extras, volví a casa y finalmente pude dormir después de tres días de no hacerlo.

Cuando me desperté Salí a la calle con mi cámara, eran aproximadamente las doce del mediodía, había dormido 18 horas y nuevamente me sentía bien, fui a comprar el diario y caminando por las vías llegue a la estación de Caballito subí a la calle y comencé a grabar los trenes como pasaban , me habré quedado aproximadamente una hora, luego volví, comencé a buscar algún lugar donde enseñaran tiro, ya que tenía mi licencia podía practicar tranquilamente, encontré un pequeño aviso y Salí para allí, cuando llegue me explicaron los conceptos básicos sobre como dispara un arma de fuego, era mucho más fácil de lo que creía, de regreso a casa, volvía en el colectivo y me baje a dos cuadras del quiosco donde atendía la chica, pase y ella no estaba todavía era muy temprano, me fui a casa a leer el libro de bukowski que todavía no había comenzado a leer, esa noche no comí nada, solamente me quede por la ventana leyendo, ya era de noche y había terminado el libro, salí a comprar cigarrillos pero esta vez estaba preparado para cualquier cosa, tenía mis 9mm encima, estaba tranquilo, llegando al quiosco la veo a ella estaba leyendo una revista, la saludo, con una sonrisa, me mira a los ojos y su cara formo un gran gesto de felicidad, me agradeció repetidamente por tratar de defenderla la otra noche, la invite a tomar un café cuando ella pudiera, acepto, con mi cigarrillos, mi felicidad y su número de teléfono me retire, resultaba ser que se llamaba Pamela y estaba libre este jueves.

Comencé mi regreso a casa cuando estaba cruzando el paso nivel, escucho unos gritos que provenían de las vías, no llegaba a ver lo que pasaba, los gritos eran de una mujer, entro a la obscuridad de las vías con mis manos en las armas que tenía encima, me acerco despacio se trataba de dos chicos que estaban intentando violar a una jovencita, que gritaba desesperada, uno de ellos se le subió encima y con su mano derecha le tapaba la boca, no me escucharon llegar, silenciosamente saco mis armas me acerco a unos pocos metros de ellos, estaban de espalda, la chica me vio e intento gritar más aun, le apunte a la cabeza de él que estaba encima de ella y gatille, la bala impacto en la parte trasera de su cabeza abriendo un gran hueco y salpicando todo con sangre, cuando giro la mirada su compañero le apunte con ambas armas y le dispare cuatro veces en el pecho, cayó en el piso soltando un charco de sangre lentamente, levante a la chica, que asustada me dio las gracias, le dije que se alejara y que no me reconociera y seguí mi camino por las vías, guarde mis armas, y puse mis manos en los bolsillos de mi campera militar y con la cabeza gacha camine por las vías, veo a lo lejos una pequeña fogata y unos cuatro tipos alrededor, fumando, uno de ellos me ve y se pone de pie, los otros también comienzan a hacer lo mismo, lentamente me acercaba con mis manos más cerca de mi pecho, me abro la campera saco las dos armas y los apunto, cuando se dan cuenta comienzan a correr, al que tenía enfrente le dispare dos balazos en el pecho uno con cada pistola, cae al piso, comencé a correr, le disparo en la pierna a uno de ellos que cae al piso y comienza a gritar, sigo corriendo a los otros dos, le disparo en el hombro a uno, no cae, le disparo nuevamente, y cae al piso del dolor, solamente me quedaba uno solo, sigo corriendo pero era demasiado rápido y todos los años de fumar finalmente hicieron efecto, regrese lentamente por las vías, los veía a los dos tirados gritando de dolor, recargue los cartuchos me acerque al primero, y le dispare en la cien, fui caminando hacia el otro, las sirenas ya se podían escuchar a lo lejos, le dispare en el pecho mientras se arrastraba tratando de huir, y seguí mi camino, regrese a mi departamento rápidamente, me di un baño y me prepare de comer, me recosté en la cama y me quede pensando, nunca me había sentido mejor en mi vida, creo que hoy hice un bien, por lo menos salve a esa chica y me deshice de esos cuatro adictos, que seguramente si otro pasaba por ahí terminaba con una puñalada, la revolución estaba empezando y yo era el juez y el verdugo, por primera vez tenía el poder para cambiar el mundo.



N.E.C

Childhood memories shut away

martes, 14 de septiembre de 2010

Cosmonauta



Hoy como nunca me desperté pensando en miles de cosas que no tenían nada que ver con nada, como estas palabras que quiero expresar para sacármelas finalmente de la cabeza y que sean parte de la tuya, hace muchos años que estoy acá, y cada vez estoy teniendo sueños más reales y lógicos, es impresionante, a veces me da miedo pensar en que el verdadero sueño sea este, vivir una mentira destroza el alma de cualquier hombre, como cuando un hombre se entera que su mujer le es infiel, como cuando un niño se entera que es adoptado, como cuando te das cuenta que dios no existe, ¿como cuando despiertas?

Tengo que salir de acá – fue lo primero que pensé en la mañana

Anoche Salí a ver las estrellas desde el campo que no está muy lejos de acá, tome mi bicicleta y Salí hacia la ruta, pedaleando solo por la ruta las estrellas iluminaban mi camino, es lo mejor desde que vivo acá, el cielo a la noche, mi cielo. Veinte minutos después llego, es un campo que tiene una especie de colina en la que es ideal acostarse a pensar en nada, paso por debajo del alambre de púas con cuidado y lentamente voy a la colina, llego a la cima que realmente no se podría llamar cima, me miro al cielo, es impresionante, desde la ciudad no se puede ver todo esto, me encanta, la luna es gigante, es como tenerla más cerca, las estrellas son millones, forman como una especie de ruta galáctica, tienen formas, son tantas que parecen nubes con distintas formas, no pasa un solo auto por la ruta, las luces se ven a lo lejos, el viento es cálido me recuesto en el verde pasto de la colina, me descalzo y me recuesto a ver el cielo, mejor dicho el espacio, por qué es eso, es un portal al espacio, ahí es donde me gustaría estar, surcando el espacio, perdiéndome en la galaxia, fascinado con cada estrella, conociendo cada camino, disfrutando cada segundo, admirando el momento, si definitivamente es ahí donde quiero estar.

Prendo un cigarrillo y recostado escucho un perro que se lo ve a lo lejos muy contento, parece estar esperando a alguien ya que mira hacia atrás como a la expectativa, de repente el perro sigue su camino como alegremente jugueteando parece estar atrapando mariposas, solo salta y corre como si hubiera alguien ahí, me recuesto nuevamente y logro ver todo tipo de constelaciones y estrellas que se movían de un lado a otro, es sorprendente, es maravilloso, es mi cielo.

Estaba viajando por el cosmos cuando siento que alguien me toca la pierna, cuando me levanto a ver quién era se trataba de canino que jugando había llegado hasta mí, es un labrador dorado, limpio pelo brillante, hermoso espécimen de animal, lo acaricio y rápidamente su cabeza busca la mía para lamberme la cara, es muy amistoso y animado, me simpatiza, pone una de sus patas en mi pecho y se recuesta sobre mi jadeando, lo dejo que descanse, al fin y al cabo me hacía falta un poco de compañía, aparte el cielo es genial, como para disfrutarlo de a dos.

Vuelvo a mi viaje espacial, no conozco mucho de astronomía, pero no importa, lo único que hace falta son dos ojos, dos ojos y dejar viajar a tu imaginación, estaba justo por llegar a la tercera luna de marte cuando escucho unos gritos:

- ¡Demian!, ¡¡Demian!!


El labrador inmediatamente levanto la cabeza y sus orejas, se sentó en dos patas mirando hacia debajo de la colina, yo también me senté e hice exactamente lo mismo, ahí estábamos los dos como buscando a nuestra dueña, y justamente se trataba de eso, el perro comienza a ladrar a ver a una joven mujer que cruzaba el campo gritando, al parecer su nombre, la joven se da vuelta, nos ve y se dirige hacia donde estábamos, el perro insólitamente no sale corriendo tras su aparentemente dueña, si no que se queda a mi lado ladrando, como llamándola para que se acerque, cosa que de a poco ella iba haciendo, mientras venia las luces del cielo la alumbraban más, tenía un short pequeño de jean que usan las mujeres en estos días, una musculosa verde, de pelo castaño claro y delgada, no era realmente mi tipo pero me llamaba poderosamente la atención, de a poco fue subiendo la “colina” hasta que llego a nosotros, se encontró con la imagen de su perro a mi lado ladrando y mi mano sobre la cabeza del mismo acariciándolo, los dos sentados, como sincronizados mirándola aparecer lentamente de cabeza a pies, finalmente sube y dice

- Al fin te encontré ¿donde te habías metido!?

No sé por qué pero supuse que no me hablaba a mi

- Me di vuelta y no estabas más ¡sos un loco!

Le decía a su perro mientras movía la cola, y pasaba su mano sobre su cabeza, la pude ver bien estaba prácticamente a mi lado, ignorándome, feliz de haber encontrado a su perro, tenía ojos color miel, era de piel blanca y pelo lacio, era de baja estatura, sus labios eran perfectos, se da vuelta me mira y me dice

-No te estaba molestando ¿no?

- No, no, para nada es muy amigable y me gustan mucho los perros – le digo medio en shock con mi mejor cara de idiota

- ¿Qué haces acá solo en el medio del campo a la noche?

- Estaba mirando el cielo, siempre fui un gran admirador de todo lo que tenga que ver con el espacio

- A ver, entonces enséñame las constelaciones que sabes

Sentados en el pasto, con muchísima vergüenza comienzo a decirle cuales eran las constelaciones que estaban más a la vista y que eran más fáciles de reconocer, ella estaba sentada y con sus dos brazos abrazaba sus rodillas que estaban a la altura de su pecho, yo le hablaba y la miraba cuando tenía la oportunidad, ella no me miro en ningún momento, parecía estar dando ciento por ciento de atención a la pequeña e improvisada clase de astronomía que le estaba dando, me gustó mucho su perfil, aunque debo confesar que cualquier mujer iluminada bajo una galaxia entera de estrellas tiene su encanto, pero de verdad, me gusto su perfil, después de que termine de hablar da vuelta su cuello hacia mí y me mira fijo, por aproximadamente dos segundos, mis nervios hicieron brotar palabras espontáneamente de mi boca para evitar ese momento, le dije:

- ¿De dónde sos?, no te vi por acá antes

- Vivo cerca de acá, hace dos días, estoy acostumbrándome al lugar, por eso Salí a pasear – me dice sonriendo

- Yo te podría mostrar los alrededores hace un año que vivo acá

- Disculpa pero no puedo salir de día, pero mañana a la noche nos podemos volver a ver, en este mismo lugar y me seguís contando, ¿queres?

- Encantado

- Bueno quedamos así, me tengo que ir tengo que llevar a Demian a casa

- Nos vemos mañana

- Hasta mañana - me dice mientras se aleja bajando la “colina” y su perro la sigue

Me recuesto nuevamente en el pasto tratando de entender que es lo que había pasado, no, era demasiado increíble, mi mente quedo en blanco por un tiempo, no tenía noción de lo que pasaba a mi alrededor, hasta que me acorde, que tenía que la fecha de entrega de la revista era mañana, me calce rápidamente y baje la colina corriendo, pase por debajo del alambre de púas y me rompí la camisa y me corte la espalda, me había quedado enganchado, me saque la camisa y subí a mi bicicleta total sabía que mañana iba a seguir estando ahí, pedalee como nunca antes, y en menos de diez minutos estaba de vuelta en casa, abro la puerta y enciendo la computadora, lleno la pava de agua, enciendo la cocina y la dejo calentar, prendo un cigarrillo y abro el Word, tomo el cenicero lo dejo a mi lado en el escritorio, apago las luces y comienzo a pensar, solamente tengo ocho horas para mandar el texto a la editorial, hoy era el último día pautado y no tengo nada, no tengo nada ni siquiera en la mente como para comenzar, comienzo a fumar, y la pava comienza a silbar, tomo la taza de café y la lleno de agua, llevo la taza hasta el escritorio tomo un sorbo y me quemo la boca, hasta que se me ilumina la cabeza.

“cosmonauta, es la historia de un cosmonauta que tenía miedo de volar, pero quería llegar a las estrellas, al final gracias al amor de su hijo lo puede lograr

Seguramente lo más estúpido que se me habría ocurrido, puede llegar a funcionar - , comienzo a escribir, siempre me pasa lo mismo, cuando comienzo a escribir no puedo parar y cuando me doy cuenta voy por la hoja doce, me paso exactamente lo mismo, cuando mire por la pequeña ventana veo que el cielo se estaba tornando azulado, el sol tenía ganas de despertar y matarnos de calor como lo vino haciendo desde la primavera, lo que me dice una cosa, es hora de dormir, sin acomodar ni limpiar nada me voy a la cama, para dormir dos horas hasta que llegue el tipo de la editorial, me duermo con el sol entrando por mi ventana.

A las 9 de la mañana Adam el tipo de la editorial toca mi puerta, le doy el texto, y regreso a dormir, necesito urgentemente que pase el tiempo y llegue la noche, quiero verla, verla otra vez.

Mis ojos se abren y el sol no está más en mi ventana, esa es una buena señal, ya estaba más cerca de mi encuentro, pero, ni siquiera se su nombre ¿no me habrá mentido?, ¿quedare como un idiota si voy igual?, no creo que una mujer así este sola, sería demasiado improbable, pero realmente no tengo nada que perder, inmediatamente me acorde de mi ex, realmente no era a ella a la que extrañaba si no al recuerdo que me lleve de ella, su compañía.

Es hora de comer algo, me muero de hambre. Comiendo solo en casa, ella otra vez invadió mi cabeza, tengo que dejar de pensar en ella, no te ilusiones, no vuelvas a caer - me decía a mí mismo. Leyendo sentado en mi cama espero la hora de partir, sin ninguna esperanza de que se aparezca y a la vez ilusionadísimo con verla otra vez, esta vez llevo mi mochila guardo mi cuaderno y mi lápiz negro, así por lo menos podre escribir si es que no llega a aparecer, subo a mi bicicleta y lentamente pedaleo por la ruta que me llevara a la colina.

Cuando estoy acercándome al alambrado para mi sorpresa veo que mi camisa no está colgada, genial el viento perdió mi camisa –pensé, definitivamente esta no puede ser una buena noche, paso por debajo del alambre de púas, camino hacia la “colina” y me siento a ver el cielo, hay nubes en partes, pero se puede apreciar perfectamente el espacio en todo su esplendor, me siento, y saco mi cuaderno y mi lápiz y comienzo a escribir, no tengo idea sobre que solamente tengo algo en el pecho que quiero sacar:

Se sienta afuera de mi ventana

como una vieja que va al mercado;

se sienta y me observa,

suda nerviosamente

por entre alambre y niebla y ladrido de perro

hasta cuando inesperadamente

golpeo la pantalla con un periódico

como manoteando una mosca

y usted pudiera escuchar el grito

en esta ordinaria ciudad,

y entonces salió.

La manera de terminar un poema

como este

es quedarse de pronto

callado.(*)

Siento que cae algo sobre mi cabeza cubriéndome, me toco y lo saco, lo miro y era mi camisa, mi camisa azul que había roto y abandonado , miro hacia arriba era ella, ella estaba parada en frente mío, una vez mas no supe que decir, me quede helado, la mire fijo, ella también, hasta que automáticamente como un reflejo para zafar de la situación dije:


- ¿Vos te llevaste mi camisa y la cosiste? – dije con los ojos abiertos y grandes

- Si, pensé que la habías dado por perdida y cuando la vi no estaba tan rota, por eso llegue tarde

- Wow, gracias, nunca nadie había hecho eso por mí, te lo agradezco mucho

- ¿Agradecerme?, no no, yo quiero mi lección de astronomía señor… ¿ cómo se llama usted?

- Mi nombre es Héctor ¿cómo es el suyo?

- Soy Noelia encantada – me dijo sonriente - ¿Entonces profesor de astronomía que tenemos preparado para la clase de hoy?

Comenzamos a mirar nuevamente el cielo, esta vez con el lápiz y el cuaderno era más fácil, podía hacer algún mal boceto de la constelación en cuestión para que sea más fácil de identificar, ella parecía muy interesada, era una persona muy risueña y eso me encantaba, tiene una gran sonrisa y creo que esta noche está más bonita que ayer, tiene unas sandalias blancas una remera blanca y el mismo short de jean que tan bien le queda, creo que no lo hace al propósito le sale accidentalmente y si lo hace al propósito es muy buena en ello.

Comenzamos a hablar sobre nuestras vidas, le conté que era escritor, que trabaje en una fábrica en el puerto durante años, que me había mudado al campo hacia poco, y que una de las grandes razones era justamente el cielo de noche, el espacio, las constelaciones, el cosmos y las galaxias, mi otra pasión. Ella me conto sobre su familia, que hacía poco tiempo que había llegado acá, que estaba acostumbrándose, que se sentía sola, que le gustaba pasar tiempo conmigo, y yo por supuesto me sentía volar, surcando en la vía láctea, pero esta vez literalmente.

Resulto ser que además de ser una chica hermosa es simpatiquísima, dos cualidades difícil de combinar y sobretodo difícil de encontrar en un ser de sexo opuesto, al final la noche se tornó épica, estábamos en el medio de nuestra fluida charla cuando los dos nos quedamos callados, se me acerca corriéndose un poco de donde estaba sentada hacia mi lado, me abraza el brazo izquierdo y se apoya en mi hombro y me dice.

- ¿Qué te parece si nos vamos a vivir a la vía láctea? Dejamos atrás todo este planeta y sus delirios, ¿te gustaría?

- Me encantaría

En ese momento aparece Demian su perro en lo lejos aullando, buscándola, ella se levanta rápidamente y me dice

- No puedo creer que se haya escapado devuelta, discúlpame pero lo tengo que llevar a casa, ¿no te enojas no?

- No hay problema igual ya me tenía que ir a dormir

- ¿Entonces nos vemos mañana a la noche, te parece?

- Encantado, hasta mañana

- Hasta mañana – me dice dándome un beso en la mejilla derecha y se marcha a lo lejos bajando por la colina

Bajo de la colina y lentamente paso por debajo del alambre de púas y me subo a mi bicicleta, voy tranquilo por la ruta, el aire es cálido, la noche fue memorable y no podría sentirme mejor.

Regrese a mi casa estaba realmente feliz, hacía mucho que no sentía esa sensación, era bueno, no comí nada, abrí mi cama, me saque los zapatos, y me acosté, por mi ventana entraba la luz de la luna alumbrando mi mesa, tarde en poder dormir, estaba pensando en miles de cosas y también ¿por que negarlo?, estaba pensando en ella.

Me desperté al atardecer, me lave la cara, y Salí con mi guitarra a sentarme fuera para esperar a Adam con mi cheque, pasa media hora, llega Adam en su motocicleta, baja me saluda y sacando mi cheque de su morral me dice:

- ¿No sabes que paso en el pueblo?, cuando venía vi a un montón de policías

- No tengo idea hace varios días que no paso por ahí

- Hace unos días también estaban parece que están buscando a alguien

- ¿Vos decís algún prófugo?

- Y para mí que sí, que se yo…

- No creo, por acá nunca pasa nada, es bastante aburrida la vida

- Decímelo a mí , che te dejo que tengo que seguir con el reparto

- Dale, cuídate

- Nos vemos – me dice subiéndose a su motocicleta

Qué raro, ¿la policía?, sinceramente con el odio que les tengo a los policías no iba a ir a investigar que pasaba, así que me quede afuera de mi casa tocando la guitarra, tenía un viejo cancionero de los 90`s , estaba tocando one de U2

A la noche me hice para comer un poco de fideos hervidos, tome una botella de vino y a puse sobre la mesa, me senté a comer y a tomar ese vino, mire por la ventana que está en frente de mi mesa, el cielo esta precioso, despejado, despejado y brillante.

Termino de comer, lavo mi plato y me siento a escribir para pasar el tiempo, no sé por qué pero decido guardar el ultimo poema que escribí, no es muy bueno, pero, pero creo que debo guardarlo.

Llego la ansiada hora, tomo mi cuaderno y mi lápiz negro y me dirijo hacia la ruta, lentamente ya que todavía faltaba tiempo, llego como todas las noches paso por debajo del alambre de púas y me dirijo lentamente hacia la “colina”, me siento descalzo como todas las noches y miro hacia el cielo, con mis dos manos apoyadas en el pasto miro el cielo, si miras atentamente puedes ver como todo se mueve muy lentamente, con serenidad y paciencia, ¿cómo sería el espacio en verdad?, ¿será que si viajara hacia el verdaderamente no me gustaría?, ¿no sería como imagino?¿cómo será?

Me patean uno de las manos suavemente y me dicen

- Hola extraño – era Noelia, con una sonrisa

- ¡Hola! ¿Estas lista para seguir con las clases?

- Si claro, pero antes me gustaría pedirte un favor

- Si decime

- Encontré un lugar mejor que este ¿queres ir?

Acto seguido íbamos caminando por el campo iluminados por las estrellas, ella me llevaba de la mano mientras me hablaba, no lo podía creer, justo cuando comienzo a generar la situación del beso me dice:

- ¡Llegamos! ¡Es ahí! – me dice señalando un gran árbol

El árbol era un sauce, rarísimo ver un sauce, creciendo solo en el medio de la nada, recorremos un poco el lugar y a cien metros había una laguna, no era muy grande pero, reflejaba todo el espacio en ella, era como un agujero negro, como otra dimensión, me quede observando la laguna unos segundos, cuando Noelia me suelta la mano y se da la vuelta, yo giro a verla, y corriendo me dice.

- ¡Veni vamos a bajo del árbol! – mientras se aleja trotando y desaparee entre los altos pastos

Sonrió y salgo tras ella con cuidado ya que había fango en algunas partes, llegando al árbol, no la veo, llego al árbol y comienzo a llamarla por su nombre, no me respondía nadie, doy la vuelta al mismo creyendo que era una especie de juego, y tampoco estaba del otro lado, comienzo a reírme, con un poco de desconfianza, de repente veo a lo lejos que estaba Demian, su perro, parecía estar buscando a alguien, olfateaba el piso y tocaba algo que no podía llegar a ver con su pata, los pastos en ese lado eran altos hasta mi rodilla debido a la humedad de la laguna, me acerco despacio creyendo que era un juego de Noelia, cuando llego a ver qué era lo que tenía el perro entre patas, la vi, vi a Noelia tirada en el piso, muerta, pero no estaba muerta recientemente, era su cadáver que estaba en plena descomposición, llevaría ahí más de una semana, y yo estaba ahí frente al cadáver, no podía emitir sonido alguno, tenía los ojos grandes y no podía dejar de mirarla, con mi mano tapaba mi boca y nariz ya que el olor era fuerte, ella estaba desnuda tenía los ojos cerrados y tenía la parte del estómago cortado al parecer con un cuchillo, camino hacia atrás sin dejar de verla y comienzo a ver su ropa tirada por distintos lugares alrededor de ella, la ropa estaba cubierta de lodo, vi su short de jean lo levante y cuando me di cuenta que era el mismo que tenía ella lo deje caer y grite, grite muy fuerte pero nadie me escucho, Salí corriendo, corrí hacia el alambrado, pase por debajo de el rápidamente, me volví a cortar la espalda pero esta vez en otro lugar, tome mi bicicleta y volví a casa totalmente paranoico, tome la camisa que ella me había cosido y… ¡¡efectivamente estaba cocida!!, no lo podía creer, tenía que decirle a alguien, tenía que ir a la cuidad, tome mi bicicleta y Salí con destino a la cuidad, no quería usar la ruta por miedo a pasar por ese lugar, así que tome otro camino más largo.

Llegue a la cuidad y me dirigí a la comisaria, y le dije que había encontrado un cadáver cerca de la laguna, ellos me explicaron que hace seis días llevaban buscando a esa chica que se llamaba Noelia y que había desaparecido misteriosamente, tenían a un sospechoso pero sin el cadáver no podían hacer nada, me llevaron a casa.

Pensando sentado en mi cama ¿Por qué?, ¿eso fue real?, ¿quiso guiarme?, ¿quiso acompañarme?, ¿por que a mí?, saque el ultimo poema que había escrito, que había guardado por alguna extraña razón, lo leí y me sorprendí. Después de ocho horas me dormí.

Me desperté al atardecer y fui a la casa de mi vecino que no vive tan cerca cómo se imaginan, fui y le pedí que me muestre el diario del día de la fecha, no lo quise leer en su casa así que me lo lleve, esperando encontrar lo esperado, lentamente con mi bicicleta pedaleando llego a casa, entro y abro el diario, no había nada interesante hasta que en la hoja número seis veo un pequeño artículo sobre la cuidad, decía que “gracias al hallazgo del cuerpo de Noelia Bustamante se habría encarcelado al acusado culpado por la violación y asesinato de la misma”, me corrió un escalofrió por la espalda, tome mi poema y lo nombre y lo dedique, Salí con mi bicicleta hacia ella.

Cruce el alambre de púas pase por sobre la “colina” camine solo por todo ese campo, el sol casi no estaba, solamente quedaba su rastro naranja cubriendo el cielo, a lo lejos el sauce, llegue lo mire con nostalgia y pegue mi poesía en la corteza, me di vuelta y me fui lentamente unas lágrimas brotaron de mis ojos, me di vuelta y no había nadie, luego de hacer unos pasos más escucho - ¡gracias! – me doy vuelta nuevamente y no vi a nadie, seguí mi camino, pero ahora era diferente, sonreí.

Saboreo las cenizas de tu muerte (*)

las flores esparcen

agua inesperada

en mi manga,

agua inesperada

fría y limpia

como nieve

mientras espadas

afiladas como tallos

entran contra tu pecho

y las dulces rocas salvajes

caen encima

y

nos encierran.

Para Noelia Q.E.P.D



N.E.C


(*) ambos poemas de Charles Bukowski