Cortes de papel

lunes, 6 de febrero de 2012




Había terminado de tomarme todo lo que tenia a mi alcance ese día de primavera, mis ojos estaban vacíos, como los de una marioneta, pintados al oleo, mi cabeza estaba inclinada hacia mi hombro izquierdo, estaba sentado en la calle, de pronto, abrí mi boca y vomite, encima de mi cuerpo y un poco de la vereda, era el decimo sexto día que estaba borracho, y mi en mi cabeza pasaban cosas.
Desperté en mi cama, sin ropa y con el ojo morado, me levante y mire al espejo, me había roto un diente hacia poco por ir a un recital borracho y caer al piso, me dolía la espalda y tenia el pelo muy largo, logre observar que mi ojo izquierdo era mas pequeño que el derecho, no me extrañaba que la gente se marchara de mi lado, era lógico, era comprensible.
Esa mañana me seguía sintiendo mal, todavía estaban en mi mesa de luz, todas las cartas que leía todos los santos días, las sabia de memoria, sabia como había escrito cada trazo, lo podía ver, la podía imaginar escribiéndolas pensando en mi, lo podía hacer, y ahora no esta.
Mama no esta nunca para mi, papa se fue hace mucho, mis amigos me evitan y ella se marcha, ¿es que no existe la piedad en el mundo?
 
Suena el teléfono, era mi amigo Daniel, me dice que nuestro amigo Brian se casaba, Brian era mayor que nosotros, el tenia 32 y estaba buscando pareja hacia rato, parece que finalmente encontró la indicada, eso me puso feliz por el, también me puso feliz el echo de que se hubiera acordado de mi, eso fue bueno de su parte, la boda seria el sábado, mire el calendario decía que era jueves, después de muchas vueltas le dije que iba a ir y colgué, mire el techo un largo rato, luego vi la foto de ella, en la que esta sobre un tronco cortado en la plaza del centenario, ese día la pasamos muy bien, recuerdo haber comprado una botella de agua, debido al calor de ese día, recuerdo sus sonrisa entre los rayos del sol, recuerdo que encontramos ese tronco cortado y que ella quiso que le saque una foto en el, lo recuerdo, había salido hermosa, no podía salir de otra forma, comencé a llorar, de a poco, sufrir, sufrir es un vicio, sufrir se convierte en algo necesario, cuando alguien tiene una verdadera razón para sufrir, lo único que hará es sufrir y yo no tengo mas elección no tengo mas nada, nada mas que yo mismo, y no creo que eso sea bueno, ya que todos se van, algo malo debo tener.

Tocaba la guitarra y lloraba, escuchaba música y lloraba, tomaba para no llorar y me terminaba lastimando, mas y mas, tomar era lo único que evitaba que las lagrimas cayeran, tomaba día y noche, durante dieciséis días, hacia dieciséis días que me había dicho que no me quería mas a su lado y la verdad no sabia que me enfrentaría a tanto dolor, tanta tristeza, me había desacostumbrado a la soledad, no existía la posibilidad de seguir respirando sin que ella volviera, así con todo eso en la cabeza sali a comprar cerveza. Entre al mercado y compre un cajón, con el ultimo pago del trabajo del cual me echaron, abandono de puesto de trabajo decía la carta documento, no me importo.

 Volví a mi cuarto, pensando en que realmente no merecía todo esto, ¿Por qué las cosas tenían que ser así? Me educaron con la idea de que si era un hombre de bien podría hacer lo que yo quisiera, me educaron diciendo que la bondad y el amor están ante todo, que son las máximas del ser humano como sociedad y como personas en si, yo no creía en nada de esa mierda hasta que llego ella, ella me brindo amor, cariño, respeto, comprensión, calor, momentos, vida, y realmente comencé a creer que quizás había algo por lo que realmente valía la pena estar vivo, realmente valía la pena el duro sacrificio que hice para no bajar los brazos, valía la pena todo ese dolor de no tener a nadie, por que sabia que ella representaba todo lo bondadoso del mundo, yo lo sabia, pero… se marcho, sin importarle nada, como todas las personas que conocí, como todas las putas personas que conocí.

Habré fumado 5 porros, tomado 7 cervezas y acompañadas por 30 cigarrillos esa tarde y faltaban muchos mas, mis ojos tenían un rojo color sangre mientras miraba la pared, sentado en el piso, con sus fotos tiradas por toda mi habitación, sus cartas también, temblaba un poco y no era de frio, me dolía el pecho, y las lagrimas caían intercaladamente, marcando surcos de sal en mi cara, el teléfono no sonaba y no sonaría mas, ella era la única que lo hacia sonar, también era la única que hacia sonar mi puerta, y mi corazón, pero tenia que volver a acostumbrarme a no tener nada, como un día me acostumbre a tener todo, todo y nada a veces son lo mismo, todo es lo mismo, por la ventana veo el cielo gris y el viento que mueve las nubes y yo encerrado en mi cuarto sucio y solitariamente vacío pensando en la mejor forma de matarme, pero no lo haría tenia miedo, tenia mucho miedo la posibilidad de fracasar harían caer mi alma definitivamente en el pozo de la melancolía y se dice que de ahí no se vuelve, escribí en la pared en mi punto mas grande de borrachera la palabra SOLO y me desplome sobre mi mesa de luz rompiéndola y lastimándome las costillas, caí de lado y la botella de cerveza también se había roto, caí sobre los vidrios lastimándome el antebrazo izquierdo, el corte no era mucho pero sangraba, me trepe a mi cama como pude y dormí en ella, henchido de no gloria.

Desperté en una enorme macha seca de sangre, la sabana estaba pegada a la herida de mi brazo, cuando la despegue ardía mucho, como no tenia alcohol etílico ya que me lo había tomado, eche whisky en la herida y tome un largo trago, prendí un cigarrillo me dieron arcadas y corrí al baño, vomite un buen rato luego volví a sentarme en la cama, mis costillas me dolían, cuando me saque la remera tenia morado gran parte de mi pecho, puse ambas manos en mi cara y llore, llore y llore, cuando me di cuenta estaba de nuevo borracho y caminando por las calles, fui a la plaza a seguir tomando y fumando, luego cuando se hiso de noche, decidí irme a mi casa y me perdí, tenia la campera que me había regalado ella, con una remera que también me la había regalado ella, caminaba agarrándome de las paredes,  hasta que no pude mas y me deje morir en la esquina de una calle que no podía llegar a reconocer, cuando estaba tirado en el piso, mirando hacia la luna, veía acercarse a una luz, una luz color azul y una luz color azul es tan horrible, sobretodo cuando sabes que se trata de la policía, el patrullero se acercó, paro a unos metros, escuche como se bajaban, uno me dio la vuelta con su borcego y me alumbro la cara, me pregunto cosas que no recuerdo ,  me subieron a el patrullero, y ellos viajan adelante, sacaron mi DNI y me lo regresaron, yo iba mirando por la ventana, las mojadas calles, algunas las podía reconocer, estaba cerca de casa, no decía nada, hacia mas de diez días que no hablaba, no hablaba si era evitable, odiaba a la gente en general, los policías frenan se bajan y me abren la puerta, me dejan en la calle y siguen su camino, estaba a cuatro cuadras de casa, no podía creerlo, como pude camine lenta y torpemente, un perro estaba en la mitad de la vereda y me miraba tímida y fijamente, yo como siempre tratando de buscar un poco de calor, venga de donde venga, lo quise acariciar, cuando mi mano se acerca lo suficiente, me la muerde, y se aleja, y de nuevo vuelve a arremeter, muerde mi pierna muy fuerte, luego se aleja y muerde mi mano nuevamente, logro pegarle una patada y se marcha, regreso a casa completamente derrotado, no existía nada bueno en esta vida y ese perro lo termino de confirmar. Me dolía el pecho de una forma impresionante, no se lo desearía a nadie nunca, nadie tendría que sentir esto que me esta pasando, no tendría que existir el amor, sus precios son muy caros y yo no lo sabia, nadie me había dicho esto, no tenia a quien pedir ayuda, no sabia cual era el primer paso, no tenia información, solamente le podía hacer caso a mis impulsos que eran lo que justamente me hundían mas, las malas decisiones y las recaídas.

Me despertó Daniel, teníamos que ir al casamiento de Brian, me obligo a que me bañe y me arregle, como no tenia ropa para un casamiento me tuve que poner la ropa que tenia limpia, eso era una bermuda y una camiseta de básquet, Daniel tenia una camisa y una corbata, por supuesto acompañado de unos zapatos bien lustrados y de un pantalón de vestir, salimos a la calle, me sorprendió que el clima no había cambiado en días, seguía lloviendo intercaladamente, el cielo completamente cubierto, como si estuviéramos llorando a la par, tomamos un colectivo que nos llevaban a los kilómetros, los kilómetros eran lejos de la cuidad y llegando al campo, festejaba la boda en una casa quinta, íbamos caminando por la calle bajo el refrescante sudor de la llovizna, me recordaba a ella todo me la recordaba, era como una puta maldición, la tristeza es adictiva, no podía sacarla de mi cabeza, su cara, su voz.

Llegamos finalmente después de caminar bastante, era una casa quinta hermosa y estaba realmente muy bien decorada, toda la familia y amigos estaban saludándose en la entrada bajo el techo especialmente armado para la ocasión, yo me sentía un perdedor, mojado y vestido como un idiota, como siempre desentonando, los trajes eran moneda corriente y mi camiseta de básquet, mi diente roto y mis ojeras llamaban mucho la atención, la gente se estaría preguntando quien mierda seré y que carajo hare ahí, yo no conocía a la novia futura mujer de Brian, estábamos esperándolos a ellos, cuando por fin llegaron, cuando lo vi a Brian lo abrace con muchas fuerzas, había encontrado a la mujer que había estado buscando y sin dudarlo se casaron, me parecía completamente admirable todo un hombre, tan limpio y bien vestido, tan feliz, mi sonrisa era tan falsa como las promesas de amor de ella hacia mi, conocí a su mujer que me dijo un nombre hermoso que olvide casi al instante, me saludo con una sonrisa y con un poco de lastima, creo que la lastima irradiaba por mis poros, luego se alejaron y los invitados pasamos a la carpa que habían armado para los invitados en el medio del patio debido a la lluvia, había unos pares de conocidos entre ellos, nos mandaron a una mesa con los restos de las demás mesas, yo conocía a un tipo que estaba sentado a mi lado, era amigo de Daniel, y trabajaba en un local de celulares cerca del trabajo de mi ahora ex, me pregunto si salía con ella todavía, le dije que no, me dijo que la vio de la mano de un tipo, y cuando termino la frase me levante de la silla y sali afuera, tome mi celular y la marque su numero, la había borrado de mi agenda pero sabia su numero de memoria, la llame, el teléfono sonaba, no me atendía, luego probé de nuevo, tampoco, luego de nuevo, prendí un cigarrillo y lo seguí intentando, hasta que me atendió.


- Hola, es verdad lo que me dijeron
-          - ¿Que te dijeron?
-          - Que salís con otro tipo, te vieron de la mano, decime la verdad
-          - No quiero hablar de esto, por favor no me llames mas



Corto, cuando volví a llamarla había apagado el celular, sali de la quinta lentamente la lluvia había comenzado a empeorar, camine bajo la lluvia llorando no se cuantas cuadras, me perdí alrededor de dos horas, todas las calles eran iguales, cuando finalmente pude encontrar el colectivo, le mande un mensaje a su hermano, era mi amigo, él no me mentiría, en el colectivo había una mujer amamantando a su hijo, me hiso extrañar, el nene termino de mamar, se subió al hombro de su madre me miro y comenzó a llorar, realmente era algo de no creer,  ¿realmente el mundo se volvía un infierno? O era solo mi imaginación, baje fui a la plaza y me compre 5 cervezas, arme 3 porros y compre un Philip de 20, me senté a esperar a su hermano, llego y me conto que era cierto, hablamos dos palabras mas le pedí que me deje solo y se marcho, era extraña la sensación, había algo dentro mio que se estaba marchitando, pero no sabia que era, tenia frio, y hacia calor, estaba sucio y mi cabeza no daba mas, el tiempo parecía detenerse, todo pasaba mas despacio, las gotas caían mas despacio, me tire al paso, en el medio de la lluvia un rato, pensando, con una bola de dolor en el pecho, termine con las cervezas me levante y decidí volver a casa, los cigarrillos estaban mojados los deje ahí, camine lentamente, embarrado y como un perdedor, las calles se inundan fácilmente así que se había juntado mucha agua en una esquina, quise saltarla pero estaba borracho, caí mal, pise de costado y mi tobillo hiso un fuerte ruido, caí acostado en el agua que me cubría casi todo el cuerpo, pude ver como mi celular y mis llaves se iba lentamente por la corriente de agua, cuando me quise parar, caí de nuevo, el tobillo me dolía mucho, tuve que arrastrarme hasta la vereda y quedar ahí, sentía que mi ángel guardián me estaba vomitando el alma y yo mirando el cielo, tratando de encontrar alguna pista, para no volver a caer.

Nec

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